A raíz del aislamiento que venimos sufriendo causado por la pandemia del nuevo coronavirus, los y las docentes de la Argentina están viviendo cambios bruscos respecto de sus prácticas y el reconocimiento de su labor.
Jornadas interminables, problemas de conectividad en sus hogares y en el de sus estudiantes, y la ausencia del Estado son las consecuencias negativas que más proliferan a la hora de problematizar la situación de aquellas personas que dedican su vida a la formación de ciudadanos.
María, una docente del nivel secundario de la provincia de San Luis, explicó que las clases virtuales presentan desventajas para los y las educadores ya que no logran establecer una “interacción” con sus estudiantes, y se han visto obligados a tener que repensar estrategias para alcanzar -aunque sea en lo mas mínimo- los objetivos.
Si bien el Estado provincial había propuesto hace algunas semanas atrás la posibilidad de regresar a las aulas, con el advenimiento de la Fase 1 del aislamiento obligatorio, frente al último brote, quedó suspendida la iniciativa. De esta manera los y las docentes debieron continuar con las tareas que ya venían desarrollando durante el año, de manera virtual, y atrás quedó la esperanza de regresar a las aulas.
En lo que respecta a las herramientas físicas para poder desarrollar las clases virtuales, María explicó en su dialogo con Nox.com.ar, que desde la escuela donde trabaja no le han facilitado computadoras al personal docente pero si a los estudiantes que lo necesitaban.
Desde la institución donde la profesora se desarrolla, organizaron una serie de cursos de capacitación con la finalidad de que el plantel docente pudiera formarse y desempeñarse eficazmente desde la virtualidad.
Durante el mes de julio el Senado convirtió en ley el proyecto que regula el Teletrabajo, que fija derechos y obligaciones para quienes desarrollen el trabajo remoto. Uno de los puntos más destacados de la ley menciona que la remuneración de los teletrabajadores no podrá ser inferior a la que se percibe bajo modalidad presencial y que el trabajador o la teletrabajadora tendrá derecho a la compensación por mayores gastos en conectividad y/o consumo de servicios que deba afrontar.
La docente entrevistada, comentó que si bien, una de las mayores problemáticas respecto del acceso a la conectividad fue la disminución del flujo de señal, la cual imposibilitaba continuar las clases, la ausencia del Estado provincial fue el conflicto más significante ya que se les atribuyó a los docentes que abonen el servicio de internet de su propio bolsillo.
Por último, la docente reflexionó que el rol de ellos se ha modificado y tornado un tanto “ familiar” ya que han servido de contención para sus estudiantes, puesto a que este contexto implica una serie de consecuencias para todos los habitantes, sea cual sea su posición económica.
María concluyó que, al no poder estar en las aulas, desconoce la situación que atraviesa cada uno de sus estudiantes: “Uno aprende a leer la mirada de los chicos cuando los vé”, indicó.
Por Sheyla Benítez