Durante una audiencia de dos días que comenzará este miércoles, el Gobierno de Estados Unidos apela contra la decisión de una jueza británica que el pasado enero bloqueó la extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange, tras argumentar un alto riesgo de suicidio.
Las autoridades estadounidenses desestimaron los argumentos de la magistrada y pidieron de nuevo que el periodista sea trasladado a su país para enfrentar un juicio por publicar secretos militares en 2010.
Desde hoy, las dos partes expondrán sus argumentos a favor y en contra de su entrega en una audiencia que concluirá el 28 de octubre. Baraitser respaldó su decisión de que Assange sufre un deterioro en su salud mental por lo que presenta “riesgo de cometer suicidio” si es trasladado al otro lado del Atlántico.
Sin embargo, Washington desestimó los argumentos de la magistrada, y señaló que ésta fue “engañada” en la evidencia psiquiátrica entregada por el experto Michael Kopelman. Además, los abogados estadounidenses acusan a Kopelman de ocultar información en su reporte como que su cliente engendró hijos mientras se refugiaba en la Embajada de Ecuador en Londres.
La parte acusadora señala que Assange no alcanza el umbral de estar “muy enfermo” para no poder resistirse a hacerse daño.
Por su lado, Baraitser también indicó que existen dudas sobre si EE.UU podría garantizarle seguridad al periodista mientras espera por un juicio en sus cárceles, conocidas por sus “duras condiciones”, recordando el caso del magnate Jeffrey Epstein, quien logró suicidarse bajo la custodia de las autoridades estadounidenses.
Sin embargo, Washington no desiste en sus exigencias y según documentos citados por Reuters este miércoles, ratificó la oferta de permitir que Assange cumpla su condena en Australia, su país de origen, después de culminar su juicio en Estados Unidos.