Luego de meses de expectativa, el sábado 24 de junio se realizó la presentación de listas para las PASO y se dieron a conocer los/as precandidatos/as a la Presidencia y al Congreso
con una notoria falta de mujeres en las fórmulas.
El panorama
Dentro de los 14 partidos políticos que se presentaron, hay 18 binomios en carrera para ser candidatos/as a la Presidencia, con internas en Unión por la Patria, Juntos por el Cambio, Frente de Izquierda y el Movimiento de Izquierda, Juventud y Dignidad.
Para sorpresa de nadie, este cierre llegó con una participación de mujeres en la cabeza de las listas que nos deja con sabor a poco.
Entre las boletas que encontraremos en el cuarto oscuro el 13 de agosto habrá solamente 3 precandidatas a presidenta, una cantidad mínima si pensamos en que estarán junto a 15 varones. Mientras que para competir por la vicepresidencia hay mayor presencia femenina, con 10 precandidatas mujeres y 8 hombres.
¿Una falta a la Ley o a la Ley le falta?
Si analizamos esta situación en función de la Ley Nacional N° 27.412 de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política, no encontraremos ninguna falta legal. La norma sólo regula las listas de candidatos/as a Diputados/as, Senadores/as y Parlamentarios/as del Mercosur, donde se debe intercalar a hombres y mujeres. Sin embargo, no establece parámetros para el ejecutivo.
No reglamentar el binomio principal trae consecuencias como las que vemos estas elecciones, donde hay 5 fórmulas conformadas únicamente por varones y ninguna donde ambos lugares estén ocupados por mujeres.
Otro factor a considerar es que para avanzar a las elecciones generales la lista debe superar un piso de 1,5% de votos en las PASO y ganar su interna si la tuviera, lo que puede
dejar la balanza aún más desequilibrada de cara a octubre.
Representar y ser representadas
La Ley es una conquista, es valiosa y cumple su función. Pero ante la persistencia del techo de cristal en las organizaciones, siempre encuentran la forma de relegar a las mujeres a
espacios de menor jerarquía y poner a varones en los puestos de toma de decisiones.
Estamos frente a dos situaciones de violencia que parten del mismo punto. Por un lado, la que se ejerce contra las dirigentes políticas que deben sortear incontables dificultades para
acceder a espacios de poder real. Por otro lado, la violencia contra las ciudadanas que no son ni serán representadas por estas mismas razones.
Para generar políticas con perspectiva de género necesitamos más mujeres en el poder y el panorama no es esperanzador. Mientras el 80% del gabinete nacional actual está conformado por varones, hay fórmulas que solo incluyen hombres perfilándose para gobernar nuestro país durante 4 años.