El plan, titulado “Reestructuración ecológica en zonas de la cuenca del río Cesar en el Territorio Ancestral indígena Arhuaco”, representa un hito en el reconocimiento del saber ancestral indígena y marca una hoja de ruta para el cuidado del Medio Ambiente con enfoque étnico.
El proyecto es uno de los primeros en ser financiado dentro del marco de la Asignación Ambiental del Sistema General de Regalías (SGR), una herramienta del Estado que, bajo el liderazgo del Ministerio de Ambiente y en coordinación con la Instancia de Decisión de los Pueblos y Comunidades Indígenas, busca impulsar soluciones de restauración ambiental lideradas por las mismas comunidades originarias.
La ministra de Ambiente, Lena Estrada Añokazi, detalló que el objetivo es recuperar 673 hectáreas de la cuenca del río Cesar, en el municipio de Pueblo Bello, combinando estrategias tradicionales de revitalización vegetal con sistemas agroforestales propios del pueblo Arhuaco.
“Tejer la justicia ambiental y territorial empieza por reconocer a quienes han cuidado la tierra durante milenios”, expresó Estrada.
Sabiduría milenaria y liderazgo indígena
Más que una intervención ambiental, el proyecto constituye un reconocimiento simbólico y práctico al papel de las comunidades indígenas como guardianas de los ecosistemas estratégicos del país. Los líderes Arhuacos lo definieron como una oportunidad para “honrar el conocimiento ancestral y la labor milenaria del pueblo en la protección de la Madre Tierra”.

Un proyecto que se presenta con una mirada centrada en el equilibrio con la naturaleza, que combina las acciones de restauración del ecosistema y las formas propias de gobernanza y transmisión del conocimiento.
Una de las iniciativas más destacadas es la creación de un grupo de jóvenes guardianes del territorio, compuesto por hombres y mujeres del pueblo Arhuaco que serán responsables del monitoreo ambiental, la promoción de la gobernanza comunitaria y la sensibilización ecológica dentro de sus comunidades.
El proyecto también integrará actividades productivas con criterios de sostenibilidad. Las 115 familias Arhuacas beneficiarias serán las responsables de implementar las acciones, que incluyen la producción cafetera tradicional combinada con estrategias de conservación ambiental.
La Sierra Nevada: un ecosistema sagrado en riesgo
La Sierra Nevada de Santa Marta no es cualquier montaña. Es el sistema montañoso litoral más alto del mundo, con picos que superan los 5.700 metros a escasos 42 kilómetros del mar Caribe. Este territorio alberga todos los pisos térmicos de Colombia, desde selvas tropicales hasta páramos nevados, lo que lo convierte en una de las regiones de mayor diversidad biológica y climática del planeta.
Allí habita el pueblo Arhuaco —también conocidos como Ika— junto a los kogui, wiwa y kankuamo. Con más de 34.000 personas según el censo del del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) de 2018. Los Arhuacos mantienen viva una cosmovisión profundamente ligada a la naturaleza.
El Estado colombiano ha reconocido parcialmente esta visión a través de la “Línea Negra”, una delimitación que protege 348 sitios sagrados contra amenazas como la minería, la deforestación o proyectos de infraestructura. Sin embargo, las presiones externas continúan, y por eso proyectos como el anunciado representan una forma concreta de resistencia y defensa territorial, con respaldo institucional y financiero.
Por Martín Grippo y Lisandro Concatti.