El 28 de junio de 2019 la jueza Marta Yugano sentenció a Mariana Gómez a un año de prisión en suspenso y al pago de los costos del juicio por “delito de resistencia a la autoridad en concurso con lesiones leves agravadas”. A un año de la sentencia, la causa se encuentra en casación y exigen un tratamiento judicial con perspectiva de género.
El fallo de Yugano, fue denunciado por numerosos organismos de Derechos Humanos en varias ocasiones. Actualmente, la pareja asegura que el caso fue abandonado por organismos como INADI, dedicados a luchar contra la discriminación.
“Para Marian, la condena significó la imposibilidad de acceder a un trabajo inscripto. Nadie quiere contratar a alguien con un antecedente penal por desacato a la autoridad. Por suerte, la causa está apelada y eso nos permite tener un poco más de tiempo para creer que el fallo se puede revertir y que no vamos a tener que pagar los costos del juicio”, explicó Rocío Girat, esposa de Mariana Gómez.
“Pibe, deja el cigarrillo”
El 2 de octubre de 2017, Mariana Solange Gómez se despedía de su esposa Rocío Girat en la estación del tren Roca en Constitución, en la Ciudad de Buenos Aires. Ambas se miraban con complicidad, e intercambiaban besos y abrazos en el humo que emanaba del cigarrillo.
Ese mismo lunes, Rocío debía asistir al juicio contra su padre en Mar del Plata, un militar de la Armada que la había abusado sexualmente durante años. Si bien el militar ya había sido condenado por los abusos, la audiencia se realizaba porque amenazó de muerte a Rocío y a su madre frente al mismo tribunal que lo condenó.
Mariana Gómez había ido a la estación de Constitución a despedirla, pero fueron interrumpidas por un empleado, que se aproximó a Mariana para pedirle que apague el cigarrillo. Ella señaló a su alrededor, y le dijo que no había un cartel que indicara que no se podía fumar en la zona, además de que las personas presentes también lo hacían. Ante la negativa, el trabajador llamó a un efectivo policial.
El oficial Jonatan Maximiliano Rojo, entró a escena con violencia física y la imposición de una identidad falsa: “pibe, deja el cigarrillo”. Mariana lo apagó al instante y avanzó para irse, pero Rojo le cruzó el brazo a la altura del pecho y pidió el refuerzo de sus colegas.
En ese momento, se hizo presente la oficial Karen Villarreal, quién forcejeó con Mariana al agarrarla del cuello. Al final, entre ambos vigilantes la arrastraron hasta la oficina de la Policía de la Ciudad en la estación Boedo de la línea E.
Cuando le tomaron los datos a Rocío Girat, señaló que su estado civil era “casada”, pero los oficiales se negaron a dar cuenta del dato, alegando que para validarlo debían constatarlo con documentación. Obviamente, Rocío no llevaba encima la libreta de casamiento.
Durante siete horas que estuvo detenida, la acusaron de “resistencia a la autoridad” y “lesiones graves”. Esto debido a que durante la detención, Mariana intentó liberarse del policía que la tenía sometida en el piso, con sus rodillas. En ese intento, dio algunos manotazos y terminó arrancándole un mechón de pelo a la oficial Villarreal.
Justicia lesbodiante
Aquél lluvioso 2 de octubre de 2017, muchas parejas se resguardaron en la estación de Constitución. Fumaban, charlaban y compartían el momento sin la interrupción de los guardias de seguridad de la zona.
Fue solo Mariana Gómez, quien recibió el llamado de atención del empleado de la estación, que luego concluyó en una represión policial innecesaria. En todo momento, la detención tuvo otro factor repetitivo, además de la violencia física: la negación de su identidad como mujer.
“Sufrimos una persecución judicial fatal. Nos tuvimos que mudar del lugar en donde estábamos. Nosotras vivíamos con mis abuelos, y la fiscal y la jueza de ese entonces ordenaron un allanamiento a nuestra vivienda. Llegaban notificaciones a nuestro domicilio en donde a Marian la trataban de varón, le decían ´Mariano´, cero respeto a todo.
Pedimos absolución para Marian para nosotras, pero también para todo el colectivo LGBTTIQ+. Sería la justicia
reparatoria para que nos sintamos segurxs en ´la ciudad de la diversidad´, como la pintan”, señaló Rocío Girat.
Si bien el abogado defensor de Mariana Gómez, Lisandro Teszkiewicz, pidió un recurso de casación para la sentencia de Yugano, la joven pareja exige su capacitación en perspectiva de género por los tratos discriminatorios que tuvo a lo largo del juicio, y que se plasmaron en su sentencia final.