Tras un mes de parálisis legislativa, la oposición retomó la ofensiva en la Cámara de Diputados con dos banderas de alto impacto social: el financiamiento para las universidades nacionales y la crisis presupuestaria del Hospital Garrahan. Con estos temas al frente, y con el malestar social en aumento, los bloques opositores lograron abrir una sesión especial que deja al oficialismo en una posición incómoda.
El radicalismo disidente del bloque Democracia Para Siempre (DPS), liderado por Pablo Juliano, fue el impulsor de la convocatoria. Enfrentado internamente con la bancada que responde a Rodrigo de Loredo, Juliano decidió avanzar sin sumar otros proyectos propuestos por Unión por la Patria, como el rechazo a los DNU firmados por el presidente. A pesar de las tensiones, el peronismo dio quórum y la sesión comenzó este miércoles al mediodía.
Entre los ejes centrales, la oposición busca emplazar a la comisión de Presupuesto —presidida por José Luis Espert— para que trate dos leyes: una que declara la emergencia pediátrica y otra que actualiza los fondos universitarios. Ninguna implica gasto inmediato, pero ambas exponen al Gobierno a un alto costo político si se niega a avanzar.
Como en otras oportunidades, la estrategia legislativa se articula con el pulso de la calle. Mientras se desarrollaba la sesión, jubilados anunciaron una nueva “marcha antirrepresiva” para el 16 de julio, en medio de un clima social que sigue mostrando signos de malestar creciente.
La movida parlamentaria también incluyó un guiño a los gobernadores: proyectos para frenar el aumento de retenciones a la soja y al maíz, previsto tras la expiración de una rebaja transitoria. El pedido partió directamente de Martín Llaryora y Juan Schiaretti, quienes manejan bloques legislativos decisivos. La inclusión de estos temas ayudó a consolidar el apoyo de provincias del centro del país, clave para el éxito de la sesión.
Desde el oficialismo, se intentó por todos los medios evitar el tratamiento, pero el margen de maniobra es cada vez más estrecho. “Con el tema retenciones se le acaban las excusas a varios”, advirtió un operador opositor. Incluso dentro del radicalismo de De Loredo se estima que entre tres y cinco diputados romperían filas para bajar al recinto.
Más allá del Garrahan y las universidades, el temario incluye iniciativas para limitar el uso de DNU por parte del Ejecutivo, promover juicios por jurado y modificar la ley de huso horario. Sin embargo, la oposición no cree tener mayoría suficiente para aprobar las más polémicas, como la reforma sobre decretos.
También se intentará modificar la estructura de la comisión $LIBRA, paralizada tras una reconfiguración impulsada por Martín Menem, que dejó al oficialismo con el control técnico del cuerpo.
Aunque el tablero legislativo es incierto y fragmentado, la oposición logró volver a poner al Gobierno a la defensiva. En este contexto, dos instituciones de altísima legitimidad pública —el Garrahan y las universidades— se transformaron en los ejes de una estrategia que combina presión legislativa, tensión territorial y alerta social. Y que busca, por segunda vez en semanas, torcerle el brazo al oficialismo en el Congreso.