Katerinne Córdoba tiene una voz potente, firme y segura. Desde su lugar como periodista deportiva, se posiciona con perspectiva de género, denuncia el machismo del ambiente futbolístico puntano y la necesidad de trabajar para erradicarlo. Hoy, con sólo 23 años conformó el primer Departamento de la Mujer de Club Sportivo Estudiantes, donde también se encarga del área de prensa.
“Katy” -como la apodan sus amigos– concibió desde chica el ejercicio del periodismo como un privilegio, que resonaba con potencia por toda la casa familiar. La radio, el televisor y los diarios tenían la imagen repetida de periodistas deportivos y relatores que tenían el lujo de codearse con sus jugadores preferidos.
“Me parecía muy loco que algunas personas tuvieran el privilegio de dedicarse a esto. Relatar lo que pasaba en una cancha en Córdoba, Santa Fé y en cualquier parte del país. Una podía imaginarse ahí; los que hacían campo de juego siempre pudieron estar en el lugar de los hechos, sentir la adrenalina y estar más cerca de los protagonistas, que son los jugadores”, describió Katy a Nox.com.ar.
Si bien a edad temprana los juegos con su papá consistían en relatar y comentar partidos futbolísticos, no fue hasta 2011 con el descenso de River Plate, que Katy se interesó por la gestión de la información deportiva y se consagró a su profesión actual.
Durante la cursada universitaria de la Licenciatura en Periodismo, Katy apostó desde el principio al doble juego del ejercicio de la profesión. Sus primeras experiencias en el ambiente radiofónico, le permitieron el paso por varios medios de comunicación locales.

En el camino, las columnas deportivas tornaron a la conducción de programas propios. Al poco tiempo, el fotoperiodismo en la cancha también llegó para definir su perfil profesional.
“Paralelamente a los trabajos en radio que hice, escribía y manejaba las redes sociales de los periódicos digitales de Buenos Aires ´Salimos a la cancha´ y ´El país menos algunos´”, contó.
Para Katy, las idas al campo de Estudiantes iniciaron en 2017, cuando comenzó su corresponsalía para una radio porteña. Según lo recuerda, su primera cobertura fue el partido en que el club local venció a Nueva Chicago, y desde ahí se las ingenió para no faltar a ningún entrenamiento. En la actualidad, ya hace un año que es jefa de prensa del Club. “Creo que cumplí un objetivo y estoy soñando despierta”, expresó.
“No llevamos mujeres en el colectivo”
Cuando habla de su profesión, Katy admite emocionarse y manifiesta el orgullo de haber logrado su puesto tras un trabajo intenso. Pero sus idas a la cancha y experiencias en el periodismo, no la exceptuaron de los sinsabores del machismo que nos acechan desde siempre.
Es sabido que, en el abanico de géneros, ninguna sociedad trata a sus mujeres tan bien como a sus hombres y en el mundo deportivo nunca fue diferente. La experiencia del ninguneo en debates con compañeros, jefes, jugadores y periodistas, la llevaron a pensar en promover un cambio hacia el interior del fútbol puntano.
Una anécdota infeliz, que nos compartió en entrevistas, fue cuando le impidieron realizar un viaje con el equipo por el simple hecho de ser mujer con el argumento: “No llevamos mujeres en el colectivo”. A esto, se sumaron también faltas de respeto y presunciones sexuales, que ponían en duda la capacidad de una joven de 23 años para ser autoridad en el ambiente deportivo local.
“El ambiente futbolístico puntano y argentino tienen que deconstruirse en muchos aspectos. Hubieron muchas situaciones en las que quise dejar de ejercer el periodismo; cosas que me dolieron muchísimo. Una aprende a forjar cierto carácter, pero no debería ser así ni tendría que normalizarse”, reflexionó.
La formación de un Departamento de la Mujer, fue la propuesta que Katy hizo a los directivos del club el año pasado. Desde entonces, con su reciente implementación, trabaja junto a su compañera Camila Pereyra en planificar estrategias para formar a quienes integran Estudiantes en perspectiva de género.
“Un club de futbol se tiene que sacar la idea de que es una jaula de simios, y de que si te fue mal en la semana podes ir para insultar al jugador y acosar a las mujeres que trabajan o están en la tribuna. Esa cultura, basada en el folclore deportivo no va más, no se tiene que naturalizar, se tiene que cambiar para que los clubes realmente cumplan su función social. Esto es muy prematuro todavía, pero estamos sentando las bases para mejorarlo”.
Desde el año pasado, Estudiantes incorporó a su escuela de fútbol la instrucción para niñas. Nostálgica, Katy recuerda cómo en su momento los estereotipos de género derribaron su sueño de jugar a la pelota, y frente a esto explica “a ellas nadie les va a cortar el sueño por ser mujeres, vamos a pelear para que no prioricen el área masculina, sino que todos los deportes puedan tener su práctica femenina dentro del club, con horarios repartidos de forma igualitaria”.
Entre las siguientes medidas a tomar por el Departamento, está también la elaboración de un protocolo de violencia de género. “Queremos que se visibilicen los problemas que están pasando y que no sucedan de nuevo, que pueda haber mujeres en las mesas de discusión gerenciales, y que las decisiones importantes no sólo sean tomadas por hombres”, cerró.