Colombia vivió este jueves 21 de agosto una de sus jornadas más violentas del año tras registrarse dos atentados casi simultáneos que dejaron unas 18 personas muertas y decenas de heridos.
Los ataques, dirigidos contra un helicóptero de la Policía y contra una base aérea en Cali, pusieron en la mira al Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de la antigua guerrilla de las FARC, señalado como el posible autor de los hechos.
El primer ataque ocurrió en una zona rural de Amalfi, en el departamento de Antioquia, donde un helicóptero de la Policía Nacional fue impactado en medio de una operación de erradicación de cultivos ilícitos. La aeronave transportaba a un grupo de uniformados antinarcóticos: 13 de ellos murieron.
Horas después, la violencia se trasladó a Cali, en el suroeste del país. Allí, un camión cargado con explosivos estalló frente a la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, una de las instituciones más importantes de la Fuerza Aérea Colombiana. Allí seis personas murieron y más de 70 fueron heridas, todos civiles que transitaban por la zona.
La explosión provocó además graves daños en negocios y viviendas de la Carrera Octava, una de las avenidas más transitadas de la ciudad, dejando a la capital del Valle del Cauca en estado de conmoción.
Las autoridades confirmaron la captura de un presunto integrante de las disidencias de las FARC en el lugar de la explosión.
Según el presidente Gustavo Petro, se trata de alias ‘Sebastián’, subordinado de un cabecilla conocido como ‘Marlon’ y parte de una estructura vinculada a lo que denominó la ‘Junta del Narcotráfico’.
Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez condenó con firmeza los hechos y calificó el atentado en Cali como “un acto cobarde y criminal que rechazamos de manera absoluta”.
Durante el jueves, el presidente Petro también declaró al EMC, a la Segunda Marquetalia y al Clan del Golfo como organizaciones terroristas. “He tomado una decisión: nuestras investigaciones muestran que el mal llamado Clan del Golfo, la Segunda Marquetalia y las disidencias de alias ‘Iván Mordisco’ son la Junta del Narcotráfico y deben ser consideradas organizaciones terroristas perseguibles en cualquier lugar del planeta”, afirmó Petro en un acto oficial en Valledupar.
Petro viajó en la noche del jueves a Cali acompañado de la cúpula militar y policial para evaluar la situación y coordinar las acciones de seguridad. En tanto, la Defensoría del Pueblo, por su parte, recordó que el municipio de Amalfi ya estaba incluido en una alerta temprana desde 2022 por la presencia de varios grupos armados, entre ellos el ELN, disidencias de las FARC y el Clan del Golfo.
Los ataques se producen en un contexto de recrudecimiento de la violencia en el suroccidente colombiano. Apenas en junio pasado, el Valle del Cauca y el vecino departamento del Cauca sufrieron una ola de atentados —siete en Cali y doce en otros municipios— que dejaron ocho muertos y más de 40 heridos.
En esas regiones confluyen disidencias de las FARC, estructuras del paramilitarismo y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), todos con fuerte influencia en economías ilegales.