En una ceremonia realizada este miércoles 27 de octubre en París, el presidente francés Emmanuel Macron confirmó la restitución de 26 obras de arte a Benín, que fueron saqueadas por las tropas coloniales francesas en 1892. Se espera que las obras viajen a su país de origen el próximo 9 de noviembre.
La medida se adoptó en el marco de un compromiso asumido en 2017 por el presidente Emmanuel Macron, que se mostró mucho más permeable que sus antecesores a reconocer los abusos del período colonial francés y a intentar repararlos.
Las piezas estarán expuestas en el museo parisino Quai Branly-Jacques Chirac hasta el 9 de noviembre, cuando se espera que un avión de carga las transporte de nuevo a Benín, país de África occidental. Luego, serán expuestas en el museo de historia de Ouidah, de manera provisoria, hasta que se construya un museo en Abomey, en el antiguo palacio real, donde tendrán su ubicación definitiva.
Las 26 piezas, que provienen del antiguo reino de Abomey, que hoy es parte integrante de Benín, incluyen tres estatuas reales que representan figuras entre humanas y animales, tres tronos -entre ellos el del último rey, Behanzin, que murió en el exilio forzado en Argel, en 1906-, cuatro puertas del palacio esculpidas, varios altares y tres bastones de lanza de guerreros.

Las obras tienen un gran valor simbólico para la población de Benín como recuperación de su patrimonio cultural y de reparación del daño causado durante la etapa colonial. Hay otros países africanos como Costa de Marfil, Senegal, Etiopía, Chad, Mali y Madagascar que también reclaman obras robadas.
Según investigaciones, en las colecciones públicas francesas hay alrededor de 150.000 objetos provenientes de África, repartidos en más de 200 museos.
Los expertos estiman que entre el 85 y el 90% de los objetos culturales africanos fueron sacados del continente, pero la dificultad estriba en establecer cómo llegaron a manos europeas. Algunos objetos fueron incautados por los administradores coloniales, las tropas o los médicos y pasaron a sus descendientes, mientras que otros fueron regalados a misioneros o adquiridos por coleccionistas de arte africanos a principios del siglo XX o descubiertos durante expediciones científicas.
Francia no es la única antigua potencia colonial que recibió solicitudes de restitución, también ocurrió en otros países como Reino Unido, Bélgica, los Países Bajos y Alemania que pusieron bajo análisis el origen de sus colecciones de arte.
Foto de AFP.