En una noche vibrante en el Estadio Juan Gilberto Funes, Godoy Cruz venció por penales a San Martín de San Juan y se metió en los 16avos de final de la Copa Argentina. El clásico cuyano, que regresaba después de cinco años, terminó 0-0 en los 90 minutos, pero dejó mucha tela para cortar, adentro y fuera de la cancha.
El Juan Gilberto Funes lució con ambas parcialidades y vibró con una nueva edición del clásico cuyano. Hinchas de ambas provincias coparon las tribunas y le dieron marco a una jornada cargada de tensión.

Godoy Cruz y San Martín (SJ) volvieron a verse las caras en un duelo oficial luego de cinco años. El saludo inicial, una postal que anticipaba la intensidad del encuentro.

El partido debió suspenderse momentáneamente a los 24’ del primer tiempo. Una pelea entre hinchas derivó en una “guerra de butacas”, lo que obligó al árbitro Darío Herrera a parar el juego.

Todo se definió desde los doce pasos. San Martín falló dos remates decisivos y Godoy Cruz, efectivo, no perdonó. En la foto, el penal atajado a Lucas Arce que obligó a la definición del último disparo.

Tras el penal errado por Maxi Casa, el remate dio en el palo y generó confusión: ni los jugadores, ni el árbitro sabían si la serie había terminado. Unos segundos después llegó la confirmación y comenzó el desahogo mendocino.
Confirmada la clasificación, los jugadores del Tomba corrieron a abrazarse con sus hinchas. Otra vez, como en 2022 ante Belgrano, Godoy Cruz festejó en San Luis tras una definición por penales.

El clásico cuyano dejó de todo: tensión, un parate inesperado, penales y hasta desconcierto en el cierre. Pero, sobre todo, dejó al equipo mendocino celebrando en San Luis y con la ilusión intacta en la Copa Argentina.