Las tareas de cuidado y la sobrecarga del trabajo invisible no son los únicos pesos que recaen sobre la espalda de las mujeres en contextos de pandemia. Detrás del virus se esconde un hecho aún más grave, y es la matanza de mujeres por el simple hecho de serlo.
La disposición abierta de la línea 144 y de las líneas de WhatsApp para realizar denuncias, las publicidades silenciosas y el código barbijos rojos no parecen bastar para frenar la verdadera pandemia.
A comparación de robos y delitos comunes, los crímenes de género fueron los únicos que no registraron descensos en los últimos meses. Entre el 20 de marzo y 26 de abril se contabilizaron 36 femicidios en todo el país durante el aislamiento social, obligatorio y preventivo. Los datos oficiales demarcan que los llamados por denuncias aumentaron un 40%.
En este contexto, referentes feministas de diversos ámbitos, entre los que destaca el Colectivo de Actrices Argentinas solicitaron “tolerancia cero” al Gobierno nacional para violentos y femicidas.
Durante el mes de mayo del año pasado, se presentó en el Congreso Nacional el proyecto de declaración de emergencia por violencia de género. Hoy, los casos en contexto de cuarentena re significan el pedido y demandan soluciones de urgencia.
Realizar acompañamientos en tiempos de cuarentena
En tiempos de crisis, las ONGs se convierten en una salida y vía de escape para los sectores invisibilizados del Estado. En San Luis, las organizaciones dedicadas al acompañamiento de víctimas, junto a la prevención y erradicación de la violencia de género se encuentran ante un nuevo desafío.
En declaraciones a Nox, Mónica Oligati, integrante de la Red contra la Violencia del Valle del Conlara explicó que ante la situación de pandemia el aparato administrativo evidenció su debilidad para abordar problemáticas de género. “Por esto, como organización feminista reforzamos nuestra intervención y vínculos para realizar acciones de acompañamiento y asesoramiento”, apuntó.
La labor del seguimiento, que anteriormente se desarrollaba de forma física y allegada a la víctima, mutó ahora a su forma virtual uniendo lazos entre organismos para acompañar a mujeres víctimas de violencia, incluso desde ciudades vecinas.
“En territorio estamos bastante complicadas, porque no podemos juntarnos a coordinar actividades ni hacer manejos en conjunto. Nos comunicamos virtualmente, y de esa forma nos llegan los casos, también hacemos contacto con compañeras de otras provincias. Son las únicas herramientas que tenemos además de contar con lo que se va implementando a nivel nacional”, explicó a este medio, Marisa Sandoval, integrante de la colectiva feminista mercedina “La Mecha”.
Sobre la reciente expedición de prisión domiciliaria como precaución y prevención ante posibles contagios de COVID-19 en las cárceles, la Red contra la Violencia del Valle del Conlara declaró en un informe facilitado a Nox que: “entendemos que no se daría el beneficio de la prisión domiciliaria a presos por casos de violencia de género, pero también sabemos que les jueces son les que toman la decisión final en cada caso. Esperamos efectivamente NO brinden este beneficio bajo ningún pretexto a violadores y femicidas”. Además, se pidió la declaración inmediata del estado de emergencia nacional por violencia de género.
Políticas públicas de urgencia
Una muerte por violencia machista cada 24 horas resulta ser el destino inexorable cuando el maltratador se encuentra en el núcleo cercano a la víctima. De 99 femicidios registrados en lo que va del año, según el Observatorio de Mumalá un 37% se produjo en el hogar de la víctima y un 28% en la vivienda compartida con el femicida.
La ley 26.485 de protección integral para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres distingue entre cinco tipos de violencia: piscológica, sexual, económica y patrimonial, simbólica y física. Insultos, humillaciones, maltratos, amenazas, lesiones, violaciones, retención de documentos, golpes y falta de pago a cuotas alimentarias son formas de violencia machista penadas por la ley.
Medidas de reclusión social como la cuarentena obligatoria, traen aparejadas consecuencias como el incremento de la violencia doméstica para quienes conviven con su maltratador. La crisis económica y la creciente desocupación asientan también aún más la tajante desigualdad y violencia, que sufren mujeres y disidencias imposibilitadas de aprovechar nuevas oportunidades laborales para salir de sus casas.
Argentina tomó como modelo la experiencia europea para sus políticas de género. Al igual que la campaña “Tú no te quedes en casa” implementada en Madrid, el Gobierno excluyó de la cuarentena obligatoria a personas que sufren violencia de género y lanzó el código barbijos rojos en articulación con la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA).
Sin embargo, la cuestionada campaña no se aplicó igualmente en todas las provincias: referentes de los colegios farmacéuticos de Catamarca, Misiones, Neuquén y San Juan anunciaron que no implementarían el protocolo ante la falta de personal capacitado para hacerlo.
En San Luis, el Gobierno provincial adhirió a lo dispuesto por el Ejecutivo nacional. Así lo especificó la secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad, Ayelén Mazzina durante uno de los reportes diarios realizados por el Comité de Crisis, para comunicar las últimas novedades sobre el coronavirus en la provincia. Así, la excepción a la cuarentena para las víctimas, les permite abandonar sus hogares para realizar las denuncias pertinentes.
🟣 Si sos víctima de violencia de género o conoces alguien que está sufriendo, comunicate de manera gratuita las 24 horas los 365 días, a través de la línea 144, por WhatsApp al 1127716463, por mail a linea144@mingeneros.gob.ar o descargando la app.